¿Qué son y cómo funcionan exactamente?

Aunque no lo sepas, si tienes una empresa pequeña o mediana de reciente creación, relacionada con el mundo tecnológico entonces tienes una “startup”.

Una startup surge a partir de una idea de negocio innovadora y con el conocimiento de uno o dos socios que tratan de escalar esa idea inicial hasta convertirla en un negocio rentable.

Las startups explotan nichos de mercado con un potencial elevado pero delimitado en el tiempo. Un ejemplo: un servicio innovador de almacenaje en la nube (Dropbox), un accesorio telefónico, etc...

En caso de éxito de la empresa finalmente es comprada por otra, y en caso contrario, lo normal es abandonar esa idea y empezar otra idea de negocio. ¿Te suena?

El activo más importante de la empresa es la organización humana (los socios). Por regla general cuentan con socios/trabajadores altamente especializados en su sector (investigación, marketing, innovación) y con una alta predisposición para la adaptación al mercado y al cambio.

Conseguir una buena imagen es fundamental. Hay que maximizar el trato con el cliente, ya que no eres una empresa conocida ni tienes potencial para lanzar grandes campañas de marketing con las que fidelizar clientes.

Por este motivo, estas empresas usan Internet como principal herramienta de comunicación.

La prioridad número uno: darse a conocer para vender el producto.

Al tratarse de negocios pequeños pero con un potencial enorme, las startups con éxito atraen a muchos inversores particulares. Una práctica común es que estos inversores obtengan por su dinero una parte de la empresa en forma de acciones o participaciones.

Los Inversores normalmente invierten cantidades pequeñas de dinero en distintas startups con la esperanza de que alguna de ellas sea un "boom" y les hagan rentabilizar al máximo su inversión.